miércoles, 15 de julio de 2015

De lo mental, la conciencia y el más allá

Acabo de tener una conversación muy interesante con una persona. Hablábamos de la conciencia de cada uno. De lo que es capaz de llegar a pensar, o no. De el darse cuenta de las cosas y del por qué de esas cosas. Puede que para muchas personas esto pueda sonar a tontería. Pero todavía no estoy tranquila, porque veo que no sé cuál es mi papel en esta vida que me ha tocado tener (o que yo he elegido, que eso también se podría decir). Y me da envidia ver personas que viven sus vidas según les va saliendo. Nacen, estudian, trabajan, se casan, tienen hijos, luego son abuelos, se jubilan... Y aparentemente (y repito otra vez ese aparentemente, porque es solamente mi impresión y no conozco las vidas de esas personas) han pasado una vida sin plantearse por qué están aquí y cual ha sido su papel en esta loca película. 

Quien quiera me puede llamar loca, me puede decir que no me coma tanto la cabeza, que deje que las cosas fluyan, porque así es la vida. Claro que asi es la vida, puede ser muy bonita, y también muy hija de puta. He pasado períodos de la misma en las que no me he planteado cuál es mi móvil y cometido. ¿Quizá por haber sido más feliz, más egoista, tener menos problemas o ser más inmadura? Podría ser cualquiera de estas opciones. O también podria no serlo. Porque también he tenido problemas, no vayan ustedes a pensar. Problemas como cualquier persona; de más o menos intensidad, pero problemas. Y también me he visto en encrucijadas pensando si lo que estoy haciendo lo estoy haciendo bien. O si aquello que hice podría haber sido de otra manera. Y llenando una cesta de arrepentimientos que con los años se ha ido vaciando, porque al final he visto que tampoco lo había hecho tan mal y para algo me había servido (para bien o para mal).

Menudo rollo me estoy pegando para al final, después de esta verborrea, volver al mismo punto de partida de este post, en el que me sigo planteando lo mismo.

Y tu. ¿Lo sabes?

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