martes, 24 de agosto de 2010

Ese manjar - O la invasión de las cucarachas

Esta tarde en mi ciudad, volviendo plácidamente con mi coche de mi trabajo, me he encontrado con ingentes cantidades de personal caminando descontroladamente por las calles. Es como si de repente miles de cucarachas hubieran salido a la luz exterior, presas del pánico a la posible calor y humedad bajo nuestros pies. Parados en cada esquina, por en medio de las calles, cruzando a toda prisa y sin mirar... Parejas, grupos de amigos, familias enteras se podían encontrar por doquier. Todo esto me ha costado 20 minutitos de mi preciado tiempo, para poder aparcar el coche.

La sensación que he tenido ha sido que habían descargado autocares enteros de personas en mi barrio, solo para fastidiarme a mi. ¿Estarán rodando una película, son los extras, y no me he enterado?

No, no, ni mucho menos. Tras una ligera reflexión (mis neuronas no dan mucho de si con estos terribles calores) he caído en la cuenta: se acaban las vacaciones!

Ay señor! El angosto agosto ha dejado de ser tan malo para mi. A pesar de tener que coger el coche para poder encontrar tierra para mis gatos, tener que esperar un mes para hacer según que trámites, maldecir por estar trabajando en el mes de vacaciones por excelencia... Sí, he de confesarlo. Me gusta el agosto laboral.

Para mi desgracia, la semana que viene tendré que aparcar mi coche y volver a trasladarme a mi trabajo en metro, tendré que empezar a ver caras que no tengo ganas de ver, tendré que pagar por dejar mi coche cerca de mi casa (o no tan cerca...); tendré que hacer colas en la compra del supermercado. Y mis recién planchadas mañanas, se verán centrifugadas, como un trapo mojado.

Y mientras un cartel gigantesco de una conocida casa de grandes almacenes reza la(para muchos niños soporífera) "vuelta al cole", yo seguiré soñando con ese autocar gigante que un día se llevará a los veraneantes a un lugar muy lejano. Y sé que volverá. Entonces podré tener, al menos durante treinta días, ese manjar. Paz.

lunes, 23 de agosto de 2010

....

A veces, y solo a veces, la vida en vez de darte sorpresas, parece que te las quita...