miércoles, 14 de octubre de 2009

Los más grandes

Cuando vemos a la gente mayor, casi no nos damos cuenta de su presencia, pasan por nuestros ojos sin más. A medida que uno va creciendo y se va haciendo más viejo, entonces, solo entonces, te das cuenta que tú también serás uno de ellos de aqui a unos años. De esta manera te empiezas a plantear si te sentirás solo, si alguien cuidará de ti... A mi en concreto las personas mayores me dan lástima, lástima porque en una etapa tan importante de la vida como es ésta, no sabemos valorar que fueron padres, que fueron hermanos, que fueron los que hicieron algo por nosotros, que, en fin, fueron y aún son, personas.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Para nevera de soltera - Mis rarezas

Nunca puedo dormir con la puerta de la habitación abierta, ni con ningún armario/cajón abiertos. Soy zurda, aunque coma como los diestros cuando uso cuchillo y tenedor. Duermo con calcetines durante 6 meses del año. Si no tengo las orejas tapadas, no duermo. Tomo Cola Cao para desayunar desde que vine a este mundo, herencia familiar. En verano, cortado con hielo, por favor. Tengo dos gatos en casa aunque soy alérgica a ellos. Puedo doblar los dedos pequeñines de mis manos hacia atrás, es como si tuviera ternilla en vez de hueso. No tuve internet, ni ordenador en casa hasta hace un escaso año. Hace algún tiempo me dio por pintar y casi todo el mundo decía que lo hacía bien, pero, de repente, se me fue la inspiración... (????) y lo dejé. Siempre estoy planeando en mi cabeza las tareas que voy a realizar en casa, aunque luego no haga ni la mitad. Solo voy a la peluquería una vez al año, si cabe; soy yo la que me corto el pelo. Me irrita ver los precios que exigen por algo que creo es tan sencillo. Si pienso en la muerte durante un rato, me pongo malísima, se me acelera el corazón, la ausencia de una persona es algo que no entiendo y menos la mía.

Me encanta que mi jefe piense que soy rara!! Lo soy?....

martes, 6 de octubre de 2009

Mermada


Hoy, después de mucho tiempo, he sentido unas ganas tremendas de dar rienda suelta a mis palabras, de la mejor manera que he venido haciendo desde hace algun tiempo, mediante el papel. Sin saber de qué manera, y por qué, toda mi expresividad y creatividad habían sido relegados a un segundo, tercer plano....

Hoy por fin, mis manos necesitan lanzar palabras al aire, sin permutas, sin desasosiego, sin control, tecleando una y mil palabras al azar o en perfecta sincronización, eso da igual, y que estas a su vez formen mis pensamientos más profundos, callados dentro de mi, temporalmente estancados. Quizá el amor haya sido el culpable o, mejor dicho, la razón de esta calma literaria e inconscientemente involuntaria. ¿Puede el amor acallar otros aspectos......?

Ojalá que mis palabras se puedan plasmar muy pronto de manera fácil, inocua, así que me pueda sentir orgullosa de mis locuacidades, mis tonterías, en fin, de lo mío. Deseo sentir en mi alma todo ese temperamento que se ha visto, por algún motivo, y sin venir a cuento, mermado.

lunes, 5 de octubre de 2009

La señora del pelo blanco


Hace algunos días que caí en la cuenta de que me estaba cruzando, todos los días, a la mismísima hora y en el mismo cruce de calles, a una señora de pelo blanco. Al principio su cara solo me era familiar, pero luego me percaté del fortuito encuentro que sufríamos cada mañana. Mi sorpresa fue in crescendo cuando descubrí que también me la encontraba al mediodía, a pesar del horario tan extraño que tengo para irme a comer. Es una mujer cuya edad media los 60 años, de estatura más bien baja. Lleva un paso ágil y veloz que no denota prisa, pero es de aquellos pasos que indica que no está precisamente de paseo. Ella, que ya se ha percatado de mi presencia matutina algún día, me mira siempre con cara seria e impasible, una mirada rápida que gira de inmediato para seguir con su, como el mío, rutinario paseo. La mayoría de las veces no me acuerdo que la voy a encontrar y cuando la veo siempre digo mentalmente "mírala, ahí está, la señora de pelo blanco". A veces me pregunto por qué no me la había encontrado hasta entonces. ¿Es que ha cambiado de domicilio? ¿O habrá cambiado su horario de trabajo? ¿Por qué me mira tan seria? Puede que simplemente, haya decidido cambiar su rumbo y pasar por otras calles por las que no pasaba antes (¿tendrán la culpa las obras?). A veces me pregunto si ella se hará las mismas absurdas preguntas conmigo, aunque puede que ella no decida escribir sobre mi en unas líneas, solo pasaré por su vista mañana tras mañana hasta no se sabe cuando. Es probable que algún día decidamos saludarnos... por que no? Imagino que todo el mundo ha tenido o tiene su "señora de pelo blanco" particular, alguien que le distrae durante unos segundos del repaso de tareas laborales diarias. Alguien que, de manera totalmente involuntaria, llega a formar parte de nuestro entorno visual y, me atrevería también a decir, de nuestros hábitos.

http://www.nocuentos.com/recuerdo.php?recuerdo=la_se%F1ora_del_pelo_blanco