domingo, 31 de enero de 2010

Angelina


Angelina se pasaba las horas enganchada a un lápiz... Tantas como 6 diarias, las horas de colegio. Pero ella, a pesar de su escasa edad, tenía una cosa bien clara: no pensaba escribir nada delante de aquel papel que, día tras día, la "señorita" le ponía sobre la mesa.

Desde el primer día que esta niña puso el pie en el colegio, una sensación extraña le invadió todo el cuerpo, pensó, seguramente sin darse cuenta, que aquello no le gustaba. El patio de recreo, que era verdaderamente inmenso, a ella se le antojaba una cárcel. Cuando era la hora de salir al patio, Angelina se refugiaba en un rincón, mirando al resto de niños que jugaban, sin entender muy bien por qué lo hacían. Alli se quedaba, con la cartera en el regazo, esperando que su hermana mayor, Elena, viniera a verla.

- ¿Te has comido la pasta Angelina?
- No

Entonces Elena miraba en la cartera, y encontraba al fondo de la misma, la pasta aplastada que su madre le había puesto por la mañana. Ni siquiera aquella pasta, aquel dulce, conformaba algo atractivo para la niña. Por no decir que ni de ella se acordaba.

Algunos días, Angelina se quedaba sin patio. La profesora la había dejado en el pupitre, con la mano pegada al dichoso lápiz. Una mano forzada, la derecha, pues ella era zurda , todo un escándalo para un niño en aquellos tiempos.

- Hasta que no dibujes algo en el papel, no saldrás al recreo

Y Angelina alli se quedaba, con la mirada perdida en el papel... Su cabezonería podía más que todo aquello. En alguna ocasión había vuelto la profesora para hacer el seguimiento del castigo, y al observar que no había evolución, había propinado a Angelina un golpe en la cabeza contra el pupitre. Su hermana Elena lo sabía, y a veces se colaba en el aula.

- Venga Angelina, escribe algo, venga.

Y forzando la mano de su hermana, había conseguido dibujar una línea con tal fuerza, que el papel se rompía....

Puede que 4 años no fuera edad suficiente para que esta niña no se diera cuenta que, en realidad aquello no era un colegio, ni guardería legal. Era un negocio que 3 o 4 mujeres que se hacían llamar profesoras, se habían montado con ánimo evidentemente lucrativo. Personas sin ningún tipo de estudios ni paciencia con los niños. Personas que cuando no obtenían lo que querían, usaban el castigo como arma de fuerza, a niños de entre 3 y 5 años.

Ni que decir tiene que, tiempo más tarde, el centro cerró, estaba avocado a ello. Pero para Angelina y para muchos otros niños, esta primera experiencia solo sirvió para pensar que el colegio era, en definitiva, algo horrible.


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http://www.nocuentos.com/recuerdo.php?recuerdo=angelina

lunes, 4 de enero de 2010

Asiento para uno


Cada día es más usual encontrar personas que no necesitan a nadie en su vida para ser felices, les basta con ellos mismos y la compañía de las personas que le rodean, ya sean familia o amigos... Son personas que han decidido no formar una familia, un matrimonio, no tener hijos.. Durante mis, unos cuantos años, de soltería, observé que yo no era tenida en cuenta a la hora de algunas circunstancias (ya fueran laborales, o dentro del ámbito de amigos) por el simple hecho de no formar parte de un matrimonio, o tener hijos. Es como si dejaras de ser tan valorado, por no tener "esas obligaciones" que pueden tener otras personas. Me encontré injustamente reconocida en algunos casos, o, simplemente, dejada de escuchar, en otros. Hoy en día los solteros, sobre todo los que tienen dinerito para gastar tienen hasta su feria de muestras y forman otra parte de nuestra sociedad que hasta hace algunos años no existía. Es bueno saber que la gente ya no es "solterón/a" y que este término está desapareciendo. Aplaudo a la gente que opta por encarrilar su vida de esa manera.. Asiento para uno, yo mismo me invito, ¿por favor, me siento? Gracias... ¿por qué no?

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