jueves, 6 de octubre de 2011

El eterno verano

Pese a haber entrado hace ya varios días, en la estación de otoño, el verano no lo ha dejado pasar y está ahí, empujando la puerta que muy bien franquea nuestra estación de las calores. Todo el mundo va en manga corta aún, ves a la mayoría de las chicas con shorts y sandalias, los colores siguen vivos y las hojas de los árboles todavía no han empezado a caer. Aún cuando las horas de sol y de luz, van menguando a la par, como unos viejitos hermanos, es increible el ambiente de verano que todavía se respira por las calles. Pero la gente sabe que no, que todo ha cambiado. Los adultos han vuelto a zambullirse de pleno en sus trabajos, los niños van al colegio, y los abuelos pasan a ser "más abuelos" que nunca. Excepto para una servidora, que, prácticamente no ha notado ningún cambio de ciclo vital. Sin una vida laboral por medio que me mantenga ocupada, mi verano particular se me antoja más largo que ningún otro vivido. Con 28º de máxima en mi ciudad y diría que también en mi piel, sigo tomando gazpacho a la hora de las comidas, asistiendo con horror a picaduras de mosquitos, y acostándome a las tantas... Y mientras tanto, espero el día que con, el frío a flor de piel y el vello de punta, me pueda levantar a cerrar la ventana de mi habitación.

1 comentario:

  1. Bonito escrito.

    Los que trabajan, sueñan con tener tiempo libre... No me digas que te aburres, o te pego.

    Veremos si asoma el otoño este año o... por el contrario, pasa de largo sin hacer parada.

    Salud!.

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