miércoles, 14 de septiembre de 2011

Yo no tengo dinero

Acabo de volver del supermercado, la visita al mismo me ha dejado un sabor agrio-amargo-triste. Cuando estaba en la cola de caja, había delante mío un señor bastante mayor. Aunque no podría precisar su edad puedo asegurar que tenía más de 65. Su aspecto era el de un jubilado normal: camisa de manga corta, pantalones tipo pirata, todo ello conjuntado con unos zapatos tipo naútico. Abstracta en mis pensamientos, he alcanzado a escuchar a la cajera que le decía "son 95 céntimos" y a los pocos segundos se ha llevado la docena de huevos que el señor quería comprar, al apartado de género retirado. El señor, con unos ojos que denotaban algo de sorpresa, la ha seguido con la mirada, retirándose al mismo tiempo del pasillo de pago, para finalmente, y aún mirando hacia la cajera, marcharse. Enseguida le he preguntado a la cajera que por qué no se había llevado los huevos, y me ha explicado que le ha dicho que no tenía dinero. También me ha dicho que normalmente viene con una chica joven que es quien lo paga todo y que no está bien de la cabeza. Y me ha dado mucha, mucha pena. El corazón se me ha encogido por momentos y he pensado pagar los huevos para dárselos al señor, pero éste ya había desaparecido de mi vista. ¿No es toda una pena? Ya sé que la cajera está en su obligación de no dejar pasar a nadie por caja sin pagar el genéro, pero, si conoce a esta persona y sabe que habitualmente va con una chica... no sé... Probablemente yo se los hubiera dado para luego comentárselo a la chica acompañante, en la próxima visita. Está claro que sin dinero no eres nadie, nisiquiera siendo una persona con demencia senil, da igual. Como ya había comentado en algún post, es una verdadera lástima llegar a la vejez en este estado, un estado físico muy bueno, pero con vaga cabeza. Es una pregunta que me hago muchas veces en cuanto a mi, y siempre saco la misma conclusión: prefiero que mi cabeza sea la que mande. Cuesta pensar que nosotros podamos llegar a ser como ese señor, pero tenemos muchas posibilidades de ello. ¿Y entonces qué? Ojalá haya entonces una amable cajera que te deje llevar tu compra de 95 céntimos si haberlos satisfecho.

2 comentarios:

  1. Generalmente, nos perdemos en las formas. Faltan maneras, educación. Quizás tampoco lo hubiera entendido el hombre, pero al menos, uno se queda con la conciencia de haber hecho lo correcto.

    Yo también hubiera pensado en pagárselos y dárselos, pero porque era uno más de la cola de los clientes. La cajera tal vez habrá pensado que si se lo paga de su bolsillo esta vez, puede tenerlo en la misma situación en sucesivas ocasiones. Y tarde o temprano habría que intentar hacerle entender.

    Yo aún no sé si, de llegar a "edad avanzada", preferiría mantener una "buena" salud mental o física. Tan duro me parece ser consciente de tus limitaciones y decadencia físicas que perder progresivamente la cabeza con un cuerpo que aún daría para más. Sin dudarlo, ya ha empezado alguno de los dos deterioros, aunque a veces lo dude.

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  2. Seguro que no Javi, eso lo dices porque... bueno yo ya sé por qué lo dices. Besos.

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